domingo, 11 de octubre de 2009

Despedida de un "perico"


¡Guillermo, adiós!¡Cuántas veces me silbabas, o me llamabas para decirme adiós desdde el balcon!. Tu señora estaba a tu lado y también me saludaba. Te has marchado muy rápido y no me ha dado tiempo de despedirme. Hacía unos días que nos habíamos saludado en la calle. Te vi mal, tenías mal color de cara. Tendrías que haber hecho que te ingresaran y quizás hubieran llegado a tiempo de ayudarte, seguro que lo hiciste por no dejar a tu mujer sola. Nunca te oí quejarte de la carga de tu señora. Lo que tú hacías no lo hacen todos.Sentía envidia de tu mujer, por tener un marido como tú, que la cuidabas tanto. El otro día al comentar tu muerte, me dijeron que si eras el hijo porque se veía tanto cuidado hacia ella.Bueno, mira, pudiste disfrutar al reunir a tus hijos y nietos y celebrar los cincuenta años de matrimonio. Siempre que gane el Español me acordaré que tú lo eras y lo celebraré por ti.

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